"Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: "¿Qué buscáis?".
Ellos le respondieron: "Rabbí, ¿dónde vives?".
Les respondió: "Venid y lo veréis". Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día".
(Jn. 1, 38-39)

Aniversario de la fundación de Duruelo, primer convento de Carmelitas Descalzos



El 28 de noviembre de 1568, en Duruelo, se establece la primera comunidad de Carmelitas Descalzos, naciendo así la rama masculina del Carmelo Teresiano. Así nos lo cuenta Santa Teresa:

"Un caballero de Ávila, llamado don Rafael, con quien yo jamás había tratado, no sé cómo -que no me acuerdo- vino a entender que se quería hacer un monasterio de Descalzos; y vínome a ofrecer que me daría una casa que tenía en un lugarcillo de hartos pocos vecinos, que me parece no serían veinte". (F. 13,2)
"Tenía un portal razonable y una cámara doblada con su desván, y una cocinilla. Este edificio todo tenía nuestro monasterio. Yo consideré que en el portal se podía hacer iglesia y en el desván coro, que venía bien, y dormir en la cámara". (F. 13,3)
"Yo me fui con fray Juan de la Cruz a la fundación que queda escrita de Valladolid. Y como estuvimos algunos días con oficiales para recoger la casa, sin clausura, había lugar para informar al padre fray Juan de la Cruz de toda nuestra manera de proceder, para que llevase bien entendidas todas las cosas, así de mortificación como del estilo de hermandad y recreación que tenemos juntas, que todo es con tanta moderación, que sólo sirve de entender allí las faltas de las hermanas y tomar un poco de alivio para llevar el rigor de la Regla. Él era tan bueno, que al menos yo podía mucho más deprender de él que él de mí; mas esto no era lo que yo hacía, sino el estilo del proceder las hermanas". (F. 13,5)
"Primero o segundo domingo de adviento de este año de 1568 (que no me acuerdo cuál de estos domingos fue), se dijo la primera misa en aquel portalito de Belén, que no me parece era mejor". (F. 14,6)


Pidamos al Señor hoy, 444 años después, que el Carmelo Descalzo siga dando frutos de santidad y de vida para la Iglesia y el mundo.