Aquí tienes una breve reseña de la vida de Santa Teresa de Jesús:
Teresa de Cepeda y Ahumada
nace en Ávila el 28 de Marzo de 1515. Son sus padres Alonso Sánchez de Cepeda y
Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Fue bautizada en la Parroquia de San Juan, en
Ávila, el 4 de Abril del mismo año.
Ya desde pequeña manifestó
ser una mujer de grandes ideales, de grandes deseos. Cuando apenas tenía 6 años
decidió, con su hermano Rodrigo, marchar a tierra de moros para convertirse en
mártir. Pero su tío los cogió en el camino y, desde entonces, soñaron con ser
ermitaños.
A los 13 años muere su
madre y le pide a la Virgen María que, desde ese momento, ocupe Ella el lugar
que ha dejado su madre. Su padre decide internarla en Santa María de Gracia,
colegio regido por las agustinas, donde renacen en ella sus grandes deseos,
esta vez, de entregarse a Él en la vida religiosa.
Después de muchas luchas y
resistencias consigo misma, y sin el beneplácito de su tan querido padre,
decide ingresar en el convento carmelita de la Encarnación. Era el año 1535, a
sus 20 años.
En 1537 sufre una dura
enfermedad, por lo que tiene que salir del convento para recibir cuidados
especiales. Su salud empeora tanto que llega a estar casi 4 días inconsciente,
dándola todos por muerta. Pero el Señor tenía otros planes y se recupera,
aunque queda maltrecha casi 3 años.
El año 1554, con 39 años, y
delante de un “Cristo muy llagado” llora sus infidelidades y le pide fuerzas
para no ofenderle más. A partir de aquí su vida cambia y su único deseo es
seguir el Evangelio como mejor pueda. Y es así como surge el deseo, el sueño,
de fundar una familia donde se viva con verdad y autenticidad el seguimiento de
Cristo, a la manera de los primeros discípulos. Nace así el convento de San
José de Ávila, el Carmelo Descalzo, con cuatro jóvenes que se fiaron de Dios.
Era el 24 de agosto de 1562.
Pronto le llegan noticias de las misiones en América, lo que
enciende en ella grandes deseos apostólicos. Y empiezan las fundaciones de
nuevos “palomarcicos de la Virgen”, como respuesta a su ardor misionero. 17
conventos fundó a lo largo de su vida: Ávila (1562), Medina del Campo (1567),
Malagón (1568), Valladolid (1568), Toledo (1569), Pastrana (1569), Salamanca
(1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas de Segura (1575), Sevilla
(1575), Caravaca de la Cruz (1576), Villanueva de la Jara (1580), Palencia (1580), Soria (1581), Granada (1582)
y Burgos (1582), en el año de su muerte.
Una enorme actividad
fundacional, que compaginará con el gobierno de sus comunidades, las
obligaciones de su estado y, sobre todo, la redacción de sus libros, tesoro que
muestra su carisma, sus vivencias y que constituyen todo un tratado de vida
espiritual.
Estando en la fundación de
Medina conoce a San Juan de la Cruz, a quien convence para unirse a su sueño. Tenía
ella 52 años y él 24. Nace así la rama masculina del Carmelo Descalzo, siendo
la primera fundación en Duruelo el año 1567.
La noche del 4 de octubre
de 1582 (el día siguiente era el 15, según el cambio del calendario que entraba
en rigor) muere en brazos de Ana de San Bartolomé, su secretaria, enfermera, y
confidente inseparable.
Fue beatificada por Pablo V
en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622, y nombrada doctora de la Iglesia
Universal por Pablo VI en 1970.