El Carmelo Descalzo es una gran familia formada, a su vez, por comunidades fraternas y orantes al servicio de la Iglesia.
Nuestro proyecto de vida es el Evangelio mismo, siguiendo y configurándonos con Cristo, a imitación de María.
Santa Teresa de Jesús, nuestra madre fundadora, y San Juan de la Cruz, el primer carmelita descalzo, emprendieron y dieron forma a esta aventura, enriqueciendo a la Iglesia con un carisma nuevo.
Nuestro deseo es vivir nuestra vocación en comunidades donde la vida de intimidad con Dios en la oración, la fraternidad y el deseo de anunciar a Jesucristo sean el motor y fundamento de todo.
Nos sentimos llamados a una vida de oración, de amistad con Quien sabemos nos ama. Y a una vida de entrega generosa y humilde al servicio de la Iglesia y la Humanidad, comunicando nuestra experiencia del Amor de Dios que sostiene nuestra vida.
Esta gran familia está formada por:
- frailes carmelitas descalzos, que viviendo en comunidades fraternas viven una vida intensa de oración y de apostolado. Centros de Espiritualidad, Editoriales, Desiertos, Misiones, Parroquias, constituyen el amplio abanico donde cada uno se convierte en instrumento del Amor de Dios para los demás.
- monjas carmelitas descalzas, que viviendo una vida contemplativa de oración e intimidad con el Señor, son testimonio de que "Sólo Dios basta". Nuestras hermanas carmelitas son, en verdad, el corazón de la Iglesia: aparentemente ocultas, bombean vida, vida divina, a todo el Cuerpo Místico.
- carmelitas seglares, que, viviendo inmersos en el mundo, viven y transparentan la espiritualidad carmelitana en medio de sus quehaceres y obligaciones diarias.
- innumerables asociaciones y congregaciones que se sienten vinculadas a nuestra espiritualidad y a nuestros Santos Padres.
- grupos de oración, grupos de jóvenes y de animación pastoral, que comparten nuestra vida y nuestro carisma.